martes, 3 de marzo de 2009

Golpeadores




Cómo es el patrón de conducta de las personas golpeadoras.
Psicólogos y psiquiatras especializados en violencia familiar indicaron a lanacion.com que, por lo general, se trata de sujetos que sufrieron episodios de maltrato o abuso durante su infancia; cuáles son las características de las víctimas y del vínculo que se genera en la pareja


Por Valeria Vera
De la Redacción de lanacion.com


El fallo absolutorio de un tribunal de la Matanza para una mujer que asesinó a su marido en defensa propia y la de sus hijos reinstaló el debate sobre la violencia familiar, que año tras año aumenta en la provincia de Buenos Aires, según informes elaborados por diversos organismos.

Consultados por lanacion.com psicólogos y psiquiatras especializados en la temática describieron a lanacion.com el perfil de conducta de un sujeto golpeador y la estructura psíquica de sus víctimas.

Respecto al caso de Graciela Aguirre, los expertos también se refirieron a las consecuencias traumáticas que pueden acarrear los hijos en situaciones de esa magnitud.

Los especialistas coincidieron en destacar que los principales disparadores que luego repercuten en la vida adulta del agresor se vinculan, por lo general, con episodios de maltrato o de abuso no resueltos sufridos durante la infancia.

"El golpeador posee de una pobreza y miseria psíquica muy grande, producto de su propia historia, y goza y disfruta del daño que le infringe a otro", sostuvo el doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

"Tienden a ser poco conscientes y a tener una baja racionalización de las conductas que presentan, es decir, no perciben la destrucción que le causan al otro. Son sujetos que destruyen su objeto de amor", indicó.

En esta misma línea opinó Adrián Besuschio, médico psiquiatra y legista, para quien en estos casos "siempre está presente la necesidad de controlar y someter al otro".

"El golpeador cuando golpea somete y eso lo hace sentir seguro. Siente que así no va a perder a la persona a la que golpea, aunque esto no lo puede verbalizar. No se lo puede decir y, a veces, ni siquiera lo sabe. La somete para no perderla", explicó.

Los expertos califican a estas agresiones como parte de una grave patología en la que intervienen aspectos de personalidad que no han podido resolverse en etapas anteriores a la vida adulta. De ahí que se vuelvan transgresores y perversos mientras gozan del daño que le originan al otro. "Interviene una extensión de sí mismos", afirmó Rascovsky.

A su vez, entienden que el contrato humano, que implica el respeto hacia el otro, es violado en forma permanente y el vínculo que mantiene la pareja se vuelve muy interdependiente y regula la autoestima de quienes lo conforman.

"Existen temores y sentimientos ambivalentes de amor, odio, y culpa por parte de quien ejerce la violencia y quien la recibe", apuntó la terapeuta familiar Adriana Quattrone.

"La mujer [que suele ser la víctima pasiva] no realiza la denuncia, se aleja por momentos del hogar y recibe la agresión porque no puede perder al otro. Si lo hace se siente absolutamente sola y desvalorizada", añadió Besuschio.

Los chicos como víctimas. Pero no sólo las mujeres, sino también los niños son víctimas usuales de la violencia doméstica.

Situaciones como las descriptas inciden dramáticamente en los chicos que viven en entornos familiares caldeados por la violencia y la agresión.

"Un hijo sometido a este régimen tienen dos posibilidades: genera una reacción en contra de esta conducta perversa o bien se convierte en alguien que incurre en la violencia o algún tipo de perversidad", puntualizó Rascovsky. Y agregó que repetir lo que ha vivido anteriormente es el destino más trágico.

Para Besuschio, el contexto cambia cuando los chicos no son hijos de la misma pareja. "Lo que sucede es que el golpeador no puede compartir a su mujer entonces arremete a los niños o se abusa de ellos", especificó.

Desde su experiencia, Quatronne evaluó que vínculos de este tipo generan relaciones apasionadas. "Según el ciclo en el que esté la familia se vuelve fácil o difícil trabajar con ella", advirtió.

"LA NACIÓN" - 17/2/2009
Aporte de Caia Cantarelli




0 comentarios:

Publicar un comentario