sábado, 27 de septiembre de 2008

Esclavitud y Complicidad




No hay peor condición humana, que la esclavitud.
Esclavitud que puede ser de distintos tipos: ser obrero-esclavo en un taller clandestino... esclavo de las drogas... esclavo de la adicción a una persona... esclavo de la VIOLENCIA propia y ajena.
El maltrato a una mujer es, sin duda, ser esclavo de una VIOLENCIA ajena, en primer término y una VIOLENCIA propia en segundo lugar.
VIOLENCIA propia, porque la mujer desearía vivir en otras circunstancias... en otras situaciones... en otro lugar físico y como se cree y se siente impotente, termina ejerciendo VIOLENCIA CONTRA SÍ MISMA, que es como una suerte de suicidio en cámara lenta.

Vivir de manera contraria...diametralmente opuesta a nuestros principios femeninos, a nuestros valores, a nuestra dignidad y a nuestra fé religiosa si la hubiere, ES MORIR LA VIDA, en lugar de VIVIRLA.

Mirarse por dentro y ver que toda ilusiòn, que todo amor se ha derrumabado y en ése derrumbre, ponemos en riesgo la vida, es una violencia rayana en la locura.

Como mujer - aunque no casada- les hablaré a otras mujeres... y a los hombres, ¿porqué no? -de una situación social que ya no puede existir en pleno siglo XXI.

Mis puntos de vista puede ser que duelan o no gusten, pero cada uno de ellos los expondré con sus causas a la vista.
No soy dueña de la verdad. Sólo soy dueña de mi reflexión al ver una y mil veces el drama de muchas vidas femeninas.

Mi norte es lograr que mujeres y hombres, hagan cada uno su aporte vital para que el maltrato, sea una pesadilla siniestra del pasado.

Los que observamos este drama y nos damos vuelta... con lágrimas en los ojos, el alma transida de dolor... pero seguimos nuestro camino, terminamos por ser cómplices del horror.

Las personas sanas mentalmente, de personalidad equilibrada, somos mayoría.
Entonces, ¿porqué no ayudar? ¿porqué no hacer empatía? ¿porqué no buscar entre todos una vía DEFINITIVA de salida?

Sólo es cuestión de dar el primer paso...


CAIA CANTARELLI

Editora del blog "Arte y Violencia de Género"




martes, 9 de septiembre de 2008

Consecuencias en los hijos...

Los niños no son víctimas sólo porque sean testigos de la violencia entre sus padres, sino porque "viven en la violencia". Son víctimas de la violencia psicológica, a veces también física, y crecen creyendo que la violencia es una pauta de relación normal entre adultos.
(Save the Children)

Los hijos de las mujeres maltratadas son receptores directos de la violencia contra sus madres, aunque ellos directamente, no hayan recibido ni un solo golpe.


Presenciar la angustia de la madre maltratada, su temor, tristeza, les produce gran inseguridad y confusión. Esa angustia se traduce en numerosos trastornos físicos, terrores nocturnos, incontinencia, alteraciones del sueño, problemas alimentarios, ansiedad, estrés, depresión entre otros problemas.


Las agresiones del padre, sobre el agente de socialización por excelencia, la madre, hace que los hijos crezcan sumergidos en el miedo, siendo candidatos a sufrir depresiones o trastornos de personalidad. Todo ello sin un solo golpe, sin un maltrato directo.

Algunos autores ha llegado a la conclusión de que los niños expuestos a violencia contra su madre, desarrollarán valores asociados a la violencia de género, como por ejemplo:

1) Si un hombre pega a una mujer es porque ella lo merece. Seguramente algo habrá hecho.
2) Las mujeres no tienen los mismos derechos que el hombre, son inferiores.
3) En la familia el hombre manda, los demás obedecen.
4) Pegar a las mujeres es normal y no tiene consecuencias.
5) Si quieres que te respeten debes ser violento.

Los hijos de la violencia de género viven de forma continua y prolongada situaciones agresivas y abuso de poder, estas experiencias marcarán su comportamiento y valores cuando sean mayores. Aprenden a entender el mundo y las relaciones de forma inadecuada. La familia es el primer agente socializador y el más determinante para el desarrollo y formación de modelos y roles. Son las víctimas invisibles de la Violencia de Género.